El diseño del modelo 997, tras el controvertido 996, dió dos pasos hacia atrás, en dirección al 993, aunque con ello emprendió un gran salto hacia delante. Su estética volvía a recordar mucho al 911 original y el efecto era del todo positivo. El frontal ganó en carisma gracias a los nuevos faros (muy similares a los antiguos). Dado que la competencia, con el BMW M3 a la cabeza, le estaba pisando los talones al 911, los ingenieros de Porsche siguieron aumentando la potencia: el Carrera generaba un total de 325 CV con 3.6 litros y el Carrera S erogaba 355 CV con 3.8 litros. También en esta serie se podían adquirir ambos motores tanto en formato Coupé como Cabrio y Targa, este último solamente con tracción a las cuatro ruedas.
Desde 2006 se puso a la venta el Porsche 997 Turbo, con dos turbocompresores de geometría variable que conseguían exprimir 480 CV a 6.000 rpm del bóxer de 3.6 litros.
También la serie 997 incluía dos modelos deportivos con admisión atmosférica: los ligeros Porsche 997 GT3 y GT3 RS, ambos con 415 CV, pero el RS era ligeramente más ligero.