Participación breve pero intensa

Los grandes éxitos de Porsche en competición en circuito son de sobra conocidos. Sin embargo, muy pocos saben que esta marca dominó también en los rallyes, aunque solo fuera por un espacio relativamente corto de tiempo.

Cuando hizo su primera aparición en el Rally de Montecarlo de 1965, el Porsche 911 se encontraba ya en el mercado y recién homologado. Entonces, Herbert Linge y su copiloto, Peter Falk, en su flamante Porsche 911 con el número 147, y junto a otros 236 equipos, emprendieron el largo camino hacia Mónaco. Las condiciones climáticas del duro invierno europeo provocó que tan solo llegasen al Principado 22 vehículos. Primera aparición y primera victoria, ya que obtuvieron una sonada victoria y quedaron quintos en la clasificación general.



El francés Robert Buchet obtuvo el segundo puesto en el Rally de las Flores de 1966, mientas la pareja alemana formada por Wilfried Gass y Gerd Frey llegaron quintos.

Un años después, en 1967, Vic Elford, un piloto de origen britanico, consiguió el apoyo técnico de la fábrica y se hizo con el título europeo de rallyes del Grupo 3 montando un Porsche 911 con el número 210. En el Rally de Montecarlo de aquel año, Elford consiguió la tercera posición, y en el Rally de Alemania la victoria, por delante de otros tres Porsche 911 S. Toda una demostración de autoridad.

En 1968 el mundo de los rallyes fue testigo de la primea incursión seria de la fábrica Porsche: Elford y Pauli Toivonen, (padre del malogrado Henri Toivonen, y cuya trágica muerte y de su copiloto en el Rally de Córcega de 1985 supuso la prohibición de los Grupo B), condujeron el Porsche 911 T oficial, y otros varios equipos semiprivados recibían apoyo directo de fábrica. Los 911 usados llevaban la sigla T, pero se basaban en el 911 S, 180 CV para apenas 1.100 kilos. Toivonen no solo dominó esa temporada de principio a fin, consiguiendo el Campeonato Europeo de Rallyes de ese año, sino que repitió titulo imponiendo su autoridad al año siguiente.

En 1970 el 911 se renovó por completo. Con 960 kilos y sus 240 CV hizo que, de nuevo Porsche se impusiera en el titulo de marcas por delante de Alpine y Lancia.

La temporada de 1971 supuso la inflexión de Porsche en su incursión en los rallyes. Ese año Porsche decidió presentar, además del 911, el Porsche 914/6, pero la apuesta no salió bien, el 914/6 tan solo consiguió un tercer puesto en Montecarlo como mejor bagaje. Esto acabó desmotivando a la marca, que decidió centrarse en los circuitos, y poco a poco redujo su implicación en el mundo de los rallyes. Así, a partir de 1975 dejo que fueran particulares y preparadores privados los que utilizasen sus vehículos. Eso no alejó al 911 de los éxitos en rallyes, ya que gracias a pilotos entusiastas consiguió la victoria en Montecarlo de 1978, Corcega 1980 y San Remo 1981.

Coches de culto

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